
Sichère observa que en el presente no tenemos un simbolismo del mal y tras este vacío, según él hay tres discursos que actualizan el sentido del mal: la política, el psicoanálisis y el arte. La que nos compete ahora es la de la política, esta produce un pensamiento ya sea en el vínculo social, las leyes o el derecho ya sea en la rebelión. Estas dos políticas se confrontan en la película Rojo amanecer (1989, Jorge Fons) para hacer presente una de las tres formas del mal que se parten del sujeto como “ciud
adano”, la barbarie colectiva. Sichère en su discurso nos lleva a ver la siniestra acción nazi, Fons nos muestra por su parte al Batallón Olimpia en una desenfrenada masacre. En la escala de degradación sistemática de los humanos como la llama Sichère planteando desde ojos de nazi los judíos son la bajeza, aún más que los gitanos, homosexuales, enfermos mentales la lista seguiría con negros, prostitutas, y entre el etcétera se encuentran los comunistas. Los últimos entran en la narración del Rojo amanecer, a ellos les toco ser “los malos” y es que el gobierno no ha consentido en su abyección, lugar al que ha ido a parar el mal ahora que no tenemos a Dios, en la bajeza, lo vil. En cada hombre habita la posibilidad de bien, del correcto juicio de la razón práctica, pero Sichère ha anunciado el error de Kant, no supo distinguir que el mal si existe, es radical y habita también en el hombre como una potencia, no solo como un error matemático de la razón. Una política de abyección y de mal extremo, que Sichère asegura que se propago por Europa, (pero pensamos que el alcance es mayor de lo que él vio), es la que se desenvuelve en Rojo amanecer, un mal del que se contagió todo un sistema, toda una barbaridad colectiva. Está también el otro pensamiento el de Resistencia el que lucha contra el otro pensamiento dice nuestro filósofo. La verdadera política -dice Sichère- es una ética que incluye la reclamación de una soberanía, de algún modo era la búsqueda de Jorge, Sergio y sus compañeros del movimiento, pero ¿Qué se anteponía? Un gobierno de abyección, esto no deja exentos a los “mártires” de su potencia de maldad, pero el pensamiento cristiano se pierde de a poco pero continua aquí como Sichère nos dice. ¿Que es necesario? Formas simbólicas del mal para todos, como pensamiento de la resistencia del mismo mal. Quizás la misma política actual, la policía y los militares sea un símbolo del mal convencional y se lo han ganado con mucho esfuerzo, sin embargo esto ha generado una apatía la cual Sichère pretende sacudir por lo que dice “que la fuerza de rebelión de los sujetos soberanos… este hoy en gran medida excluida de
nuestras representaciones quiere decir que hay carencia de pensamiento político y de la política misma, a menos que se quiera llamar ‘política’ al espectáculo cotidiano y abrumador de genocidios programados cuyos responsables no se mencionan” . Resulta familiar al espectáculo de muerte que se presenta en una plaza pública, donde las ventanas las hacen de palcos y desde donde Carlitos, la señora Alicia y don Roque ven morir a centenas de jóvenes, cuyos responsables no se mencionan. Sin embargo están siendo asesinados con justa razón, son ellos los criminales y como este dialogo de la película lo atestigua:
-Estudiante: ¿Por qué nos pegan? Ya les enseñamos nuestras credenciales de estudiante.
- Policía: ¡Por eso, por eso!
Aquí es donde Sichère rinde homenaje a Foucault y sin embargo se pregunta si hay que seguirlo a él y a la vulgata izquierdista donde el sujeto “autentico” debe sustraerse de la normalización de las instituciones, pero para Sichère esto representa aún cierto conformismo, que ocurre con la noción de crimen? ¿Hay que contentarse que con dejar a otros el cuidado de nombrarlo? ¿Dejar que los estudia
ntes del 68 sean llamados criminales? No. La cuestión es hacer un “individuo democrático” a través del derecho, o aceptar que ya el derecho es dispositivo simbólico que produce sujetos. Un simbolismo que en el momento de juzgar no censure a un estado social y si los sujetos son tontos o cobardes, son maldad también. La obra de Sichère va contra el nihilismo y la apatía y al enfrentarla a Rojo amanecer por un lado deviene en círculo vicioso, donde el mal propiciado por la abyección política genera una insurrección estudiantil que llega a una catástrofe de maldad propia de la misma abyección y falta de pensamiento filosófico-jurídico. O por otro lado más agradable los que lucharon contra el “otro pensamiento” contribuyeron a una formación de lo malo y lo bueno que aún se está definiendo. No lo sé, habría que dedicar más tiempo a tal conclusión, lo que si se es que Rojo amanecer nos muestra un mal, radical, secular, propio del hombre, que trasciende a la razón, en el que las suplicas a Dios por parte de la señora Alicia ya no valen, propio de la carencia de un digno sistema filosófico que penetre en la sociedad. Y Sichère quiere que se haga algo al respecto.


-Estudiante: ¿Por qué nos pegan? Ya les enseñamos nuestras credenciales de estudiante.
- Policía: ¡Por eso, por eso!
Aquí es donde Sichère rinde homenaje a Foucault y sin embargo se pregunta si hay que seguirlo a él y a la vulgata izquierdista donde el sujeto “autentico” debe sustraerse de la normalización de las instituciones, pero para Sichère esto representa aún cierto conformismo, que ocurre con la noción de crimen? ¿Hay que contentarse que con dejar a otros el cuidado de nombrarlo? ¿Dejar que los estudia

No hay comentarios:
Publicar un comentario