martes, 28 de junio de 2011

Changing Paradigms sir Ken Robinson. Un comentario al porvenir educativo




Recién curse Filosofía de la educación como parte del currículo obligatorio de la licenciatura. En el curso estudiamos dos propuestas contemporáneas a los paradigmas de la educación del naciente siglo XXI: por un lado al argentino Edward Cullen que comparte el pensamiento de la educación por competencias, haciendo ciertas críticas y estableciendo sus límites, por el otro el norteamericano Mathew Lipman, este con una propuesta más filosófica y penetrante, proponiendo una filosofía para niños y develando que el desarrollo del análisis lógico y el razonamiento deductivo desarrollado desde la infancia son la fuente del progreso intelectual del individuo. En este sentido se acerca demasiado Ken Robinson, este inglés también observa que los paradigmas van más allá de observar si la educación debe ser enciclopédica, lineal o transversal. El problema viene de raíz y de igual manera que Lipman, observa que la capacidad de los niños en imaginar múltiples respuestas para un problema es un potencial reprimido por la educación escolar, hay que abrir nuevos paradigmas. Quizás apenas se vaya fertilizando el terreno para tomar serias consideraciones sobre el porvenir educativo, sin embargo el tiempo exige formular y considerar nuevos paradigmas. Robinson y Lipman probablemente vean un enfoque similar, romper la cuadratura de la escolarización, así como el lema kantiano atreverse a pensar independientemente de algo o alguien. La mentalidad del niño es así, libre y poco limitada, y el juego en esta etapa de vida es la experiencia estética que define su vida e imaginación, pero el malestar actual de mecanizar la vida sugiere que todo niño que “no se comporte dentro de lo establecido” tiene algún problema psicológico o psiquiátrico y en seguida debe ser medicado. Siguiendo esto Robinson es muy observador al notar que las drogas suministradas son en todo caso an-estesias, entonces si lo estético abre posibilidades de pensamiento, lo anestésico las cierra. Al llegar a la escuela los niños no son capaces de contestar abiertamente a algún problema y además en caso de hacer una inferencia o deducción para responder -que aunque sea errónea supone un razonamiento lógico- el profesor se limita a juzgar si corresponde o no a lo indicado en el libro. Según Robinson así los niños se empiezan a auto calificarse como listos o no listos y las limitantes crecen junto con ellos.










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